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La elección fenicia de Sant Jaume d'Alcanar

Sant Jaume d'Alcanar está al sur del río Ebro, límite norte tradicional de la expansión fenicia por el Mediterráneo, lo que explica que los romanos y cartagineses, herederos naturales de sus ancestros fenicios, se dividiesen el país teniendo el río como frontera en el Tratado del Ebro, firmado en el año 226 a.C.

Más al norte se encuentran muchos materiales fenicios, lo que demuestra que, aunque no fundaron ciudades, los mercaderes fenicios sí tuvieron una presencia comercial muy activa en la actual costa catalana. La frontera era muy permeable. Sant Jaume d'Alcanar forma parte de un conjunto polinuclear denominado Complejo Sant Jaume (CSJ), que incluye otros núcleos como La Moleta del Remei, La Ferradura, La Cogula y, posiblemente, el Castell d'Ulldecona. Su ubicación fue crucial para el control territorial por su proximidad a la costa y el control que daba su altura. Esta elevación le confiere una situación estratégica ideal para el control y la vigilancia del territorio circundante. El sitio se localiza en el centro del cruce de diversas vías de comunicación. Estas rutas conectaban la costa con los poblados del área, con el río Sénia y con el sector interior. Desde esta posición, se controlaba el territorio del curso del río Sénia. La elección de la ubicación no fue casual, sino eminentemente estratégica. El río Sénia fue crucial para los fenicios porque su valle y entorno crearon el corredor terrestre necesario (la Ruta del Sénia) para la penetración comercial en el noreste peninsular, y su desembocadura albergó al socio comercial indígena (el Complex Sant Jaume) que monopolizó la recepción de productos de lujo (como el vino), asegurando así un punto de intercambio de alta intensidad. Era la puerta de entrada para el comercio en el noreste de la Península Ibérica. El valor del Sénia no se basó tanto en su capacidad de navegación fluvial (como sí ocurrió con el Guadalquivir o el Ebro) sino en la estructura terrestre y política que se articulaba en su entorno inmediato. A continuación, se detallan las razones principales de la importancia del Sénia para el comercio fenicio: La región de las Tierras del Sénia, que abarca cerca de 1.000 km² a caballo entre Cataluña y el País Valenciano, es un territorio geográficamente coherente que se caracteriza por amplios corredores naturales orientados en sentido noreste-suroeste (depresiones de Alcalà, La Galera, Ulldecona y Les Coves). Es probable que el Sénia no dispusiese del caudal suficiente para el transporte fluvial. Su importancia, por lo tanto, residía en que su cauce y los de sus afluentes permitían establecer una red de rutas terrestres paralelos a su curso, introduciéndose en el territorio. La elección de esta área fue esencial para los fenicios porque les permitió establecer una relación comercial estable, duradera y privilegiada con una élite indígena específica. Sant Jaume ostentaba el control hegemónico de la entrada de productos manufacturados mediterráneos a la zona del Sénia, y tal vez incluso a los territorios del curso bajo del río Ebro. La ubicación del Sénia, al sur de la desembocadura del Ebro, convertía esta área en un punto estratégico en las rutas marítimas entre el sur y el golfo de León.

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